Visita el Castillo de Chenonceau, en el Valle del Loira
La zona del Valle del Loira es una de las tantas zonas de Europa que parecen salidas de un cuento. Aquí los castillos pueden aparecer en cualquier rincón.
Entre todos los grandes edificios del Valle del Loira, hay uno que nos encanta (ya lo visitamos dos veces!), es el Castillo de Chenonceau, conocido como el castillo de las Damas.
Te vamos a contar cómo llegar a él desde París y por qué deberías visitarlo. Además, como el conjunto de castillos del Valle del Loira es considerado Patrimonio de la Humanidad, también te vamos a recomendar algunos otros castillos que valen la pena visitar.
Información práctica para visitar el Castillo de Chenonceau
Horarios: La mayor parte del año abre de 9 a 17:30, pero puedes consultar los horarios en la página oficial.
Entrada: Puedes comprar entradas que te evitarán hacer cola. Además, si viajas en temporada alta, te recomiendo que las compres con al menos, unos días de antelación. Para el mismo día no suele haber entradas.
Donde se encuentra: Está en la localidad de CHENONCEAUX, dentro de la región del Valle del Loira, a 14 kilómetros de Ambroise y a 235 kilómetros de París.
Parking: El castillo tiene un gran estacionamiento gratuito.
Cuanto dura la visita: el tiempo de la visita lo pones tu, pero al menos dedícale un par de horas. Para poder recorrer el castillo y leer las explicaciones de lo que estás viendo.
Los jardines son enormes, y vas a querer sacar muchas fotos, te lo garantizo.
Además, también puedes visitar las bodegas del castillo o tomarte un café en la cafetería. Justo en esta zona es donde están los aseos (toilettes).
Visita guiada con guía en español: Si compras la entrada recibirás un folleto en español, con información sobre el castillo y las curiosidades más importantes.
¿Cómo llegar al Chateau de Chenonceau desde París?
Te contamos las distintas alternativas que tienes para llevar desde París hasta el Castillo de Chenonceau.
En tren
Tal vez sea la forma más cómoda y rápida de viajar. Bueno, eso dependerá del servicio que compres.
Hay viajes que duran menos de 2 horas y otros que duran más de 4 hs. Los precios también varían bastante, desde los $26 hasta los $72.
No hay trenes directos, así que en todos los casos hay que hacer un cambio.
Algunos trenes parten desde la estación Paris Montparnasse, en ese caso el primer tren que tienes que tomar es de la empresa TGV y va hasta la estación St-Pierre-des-Corps y desde allí tienes que tomar un tren de SNCF hasta Chenonceaux.
La otra opción es salir con un tren de la SNCF desde Paris Bercy Bourgogne-Pays d’Auvergne, hacer el transbordo en Nevers y allí tomar el que te lleva hasta Chenonceaux.
Por lo que estuvimos viendo, esta combinación es más lenta y más cara.
En coche
Debes buscar la salida que te dirija a la autopista A10, que es la número 18, llamada Château-Renault / Amboise. Vas a viajar unos 200 kilómetros por la A10.
Luego recorre unos diez kilómetros por la carretera D31, que es la que va hacia Amboise y, finalmente, tendrás que tomar la D81 a Chenonceaux, por un tramo de unos 8 kilómetros.
En total son unos 235 kilómetros y el viaje demora casi 3 horas.
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Con un tour desde Paris
También puedes hacer la visita con un tour desde París. El tour incluye el Castillo de Chenonceau, el Castillo de Chambord y el Castillo de Cheverny.
Este tour tiene una duración de unas 12 horas. Sales desde Paris a las 7 de la mañana y llegas después de las 20:30 horas.
Es un tour fantástico si tienes poco tiempo y quieres visitar estos maravillosos castillos en un día.
Pero, si tienes tiempo y quieres visitar estos tres castillos por tu cuenta, te recomiendo que le dediques 2 o 3 días a los Castillos del Valle del Loira. La visita será más relajada y podrás ir a tu ritmo.
Si te interesa el tour, haz clic aquí para ver si hay disponibilidad para las fechas de tu viaje.
¿Por qué visitar el Château de Chenonceau?
El Château de Chenonceau es una de esas postales que cuando la descubres no puedes creer que existe y cuando las ves con tus propios ojos, no puedes creer que es verdad.
Por algo es el monumento histórico manejado por privados más visitado de todo el país.
Apenas ves el castillo de Chenonceau, flotando sobre el río Cher y reflejado perfectamente sobre sus aguas, querrás hacer miles de fotos y te quedarás varios minutos disfrutando de la vista.
Si vas temprano, aprovecha para recorrer todo, y al final vuelve a disfrutar de la vista exterior al atardecer, te gustará incluso más que antes. La clave es observarlo desde el mirador.
Ahora veamos que hay en el interior del Castillo de Chenonceau.
Visita al interior del Castillo de Chenonceau
Aunque el castillo en sí no es demasiado grande, está bueno dedicarle tiempo a esta visita, ya que además del edificio tiene un parque y unos jardines que valen tanto como el castillo.
Antes de ingresar al castillo te encontrarás con una Torre del homenaje y un pozo, que son lo más antiguo que hay en el recinto.
Están allí porque ahí era donde estaba la fortaleza original. Donde está el castillo actual, antiguamente había un molino.
Planta baja
El interior del Château es uno de los mejores ejemplos de arquitectura y decoración del Renacimiento francés y de todo el lujo con el que habitaba la aristocracia de la época.
En la primera sala, la de la guardia, verás una colección de tapices, que eran los que la Corte hacía trasladar entre sus distintos castillos cuando se movían.
Luego podrás visitar la capilla, con unos vitraux estupendos, que fueron reconstruidos después de la Segunda Guerra Mundial, ya que habían sido una de las pocas cosas dañadas por los alemanes.
Más adelante te encontrarás con los aposentos de Diana de Poitiers, donde verás esculturas, cuadros, el mobiliario que usaba esta figura aristocrática del siglo XVI y la chimenea, que es toda una obra de arte esculpida.
Después entrarás a la biblioteca y al gabinete verde. Dicen que Catalina de Medici gobernaba desde estas dos habitaciones.
Hoy son el lugar de residencia de pinturas de grandísimos pintores, como el Tintoretto, Ribera, y Van Dyck.
La cocina
La cocina se encuentra en el sótano, justo por encima del río, así que tenía, y aún tiene, riesgo de inundarse.
Aquí, además de ver una increíble colección de artefactos de cocina y vajilla antigua, verás las bombas de agua que están preparadas para cualquier desastre.
Planta alta
En la planta alta del castillo de Chenonceau conocerás la habitación conocida como el Aposento de las cinco reinas, en honor a las dos hijas y las tres nueras de Catalina de Medici, todas casadas con reyes.
En la planta alta también verás, en otra habitación, una colección de documentos y archivos históricos de Chenonceau. Además de ver cuadros, muebles y objetos de arte.
Segundo piso
Acá verás (y te espantarás) con el dormitorio de Luisa de Lorena. Apenas entres te darás cuenta que es la habitación de una viuda, con las paredes negras y decoradas con todo tipo de símbolos de duelo. Un decorado bastante tétrico.
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Los Jardines de Chenonceau
Después de tantos tapices y muebles, viene bien volver a salir al exterior y respirar un poco de aire fresco. Para eso, nada como los jardines de Chenonceau.
En los distintos aposentos del castillo se pueden ver las iniciales de Catalina de Médicis y de Diana de Poitiers, y la rivalidad de estas dos mujeres se extiende hacia los jardines del castillo, donde hay un jardín dedicado a cada una.
Ya te contamos que el exterior y el interior del castillo son preciosos, y la verdad es que los jardines no desentonan para nada.
Así que si puedes, aprovecha los paseos nocturnos que se hacen durante julio y agosto, donde tendrás la oportunidad de ver los jardines iluminados.
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Jardín de Diana de Poitiers
Es el más popular y el más grande de los jardines del castillo.
Se ingresa al jardín a través de la casa del Regidor. Esta fue construida en el siglo XVI, cuenta con su propio embarcadero y su propio viñedo.
Para proteger el jardín de las crecidas del río, se construyeron terrazas elevadas, desde las que se tienen muy buenas vistas del resto del jardín y del castillo.
El diseño del jardín está compuesto por 8 triángulos de césped, que convergen en una fuente de agua que fue algo sorprendente en la época de su creación.
Si visitas el castillo en primavera y verano, verás una gama de colores sobre los triángulos gracias a las volutas de santolina que están plantadas por todas partes.
Jardín de Catalina de Médicis
El jardín de Catalina es más pequeño, pero no menos bello. Acá verás una gran variedad de rosales y muchas plantas de lavanda que aromatizan y dan vida y color a todo el jardín.
Y en el centro del jardín encontrarás un estanque circular, rodeado por los cinco paneles que componen el jardín.
El laberinto
El laberinto es enorme, tiene más de una hectárea, así que te garantizamos que te perderás. Si vas con niños, es un lugar ideal para jugar un rato. Encontrar la salida te puede llevar hasta una hora.
En el centro hay una glorieta elevada, desde la cual podrás ver todo el diseño del laberinto.
Las bodegas de Chenonceau
Dentro del castillo se encuentra la Bodega de Les Dômes de Chenonceau (Cave des Dômes). Desde el siglo XVI que existen viñedos en el castillo.
En la actualidad se elabora un vino con Denominación de Origen Controlada Touraine-Chenonceaux.
En tu visita al Château de Chenonceau podrás hacer una cata de estos vinos y, si te gustan, comprar algunos para llevar.
El castillo también tiene un restaurante, en el que podrás probar platos y vinos de la región.
Un poco de historia del Castillo de las Damas
El castillo actual fue construido por Thomas Bohier, quien era secretario de hacienda del rey Francisco I.
Luego de una auditoría se descubrió que había hecho malversación de fondos, por lo que el rey le impuso una multa y recuperó los dominios feudales y el castillo en 1535.
Fue Enrique II quien se lo regaló a su favorita Diana de Poitiers, quien era duquesa de Valentinois y fue una de las más importantes impulsoras de la belleza con que cuenta hoy el castillo.
Diana y Catalina habían sido rivales en el corazón del rey y una vez que este falleció, Catalina se convirtió en regente de todo el reino y obligó a Diana a restituir el castillo a la corona.
Y fue Catalina la que hizo las ampliaciones y reformas que terminaron de dar el estilo actual.
Otros castillos cerca de Chenonceau
Ya te contamos que en la zona hay muchos castillos, acá te traemos 3 de los que más nos gustaron.
Castillo de Clos Lucé
Se encuentra a 12 kilómetros de Chenonceau, en Amboise, y aunque es una mansión bastante conocida, su fama es bastante inferior que la de su habitante más ilustre: Leonardo da Vinci.
El castillo está convertido en un gran homenaje a Leonardo. En el sótano están expuestos numerosos bocetos de los inventos más ocurrentes que tuvo el genio y que tardaron siglos en poder hacerse realidad, como el helicóptero y el tanque.
Caminando por los jardines del castillo de Clos Lucé irás encontrando maquetas de esos inventos.
Además, podrás disfrutar de una muestra inmersiva, con 17 obras del maestro Da Vinci presentadas en distintos formatos, como maquetas, imágenes en 3D y videojuegos.
Castillo de Amboise
Es uno de los castillos más importantes del valle del Loira y una joya medieval.
En los jardines de este castillo se encuentra la capilla de San Huberto, donde está la tumba de Leonardo da Vinci.
Desde las terrazas del castillo tendrás magníficas vistas del río Loira.
Desde la ciudad de Amboise puedes contratar una excursión para visitar el Castillo de Chenonceau y el de Chambord, además te incluye la visita a la bodega Duhard.
Es un tour perfecto si te alojas en Amboise, si no tienes ganas de conducir y prefieres viajar con un guía experto.
Castillo de Chambord
Es uno de los castillos más famosos de la región y uno de los más increíbles que verás en todo Francia.
Francisco I de Francia fue uno de los impulsores del Renacimiento, así que su castillo es un monumento a aquel estilo arquitectónico. En el diseño de su castillo participó el mismo Leonardo.
Son varias las habitaciones que no puedes perderte, por ejemplo la capilla real, los aposentos de Luis XIV y la escalinata que se cree que diseñó Leonardo.
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