25 Cosas que ver en Montmartre

Montmartre es uno de los barrios más representativos de París, símbolo absoluto de la bohemia y del arte de los siglos XIX y XX. Es reconocido, sobre todo, por sus plazas tomadas por pintores y por la cúpula de Basílica del Sacre Coeur (del Sagrado Corazón).

Desde el impresionismo en la pintura hasta la película de Amélie Poulain y su banda sonora a cargo de Yann Tiersen, pasando por la emblemática canción de Charles Aznavour, La bohème, el barrio y las artes van de la mano y nos envuelven en cada esquina.

Se trata de un barrio especial por donde se lo mire, de atmósfera mágica. Sus adoquines, sus calles angostas y acogedoras, las diferentes épocas que conviven en su trazado urbano, hasta sus… ¡viñedos!, lo vuelven sin duda un lugar muy singular.

Y, desde ya, los recuerdos de épocas doradas del arte, de escenarios bélicos desde la época romana hasta nuestros días, pasando por la Edad Media y por momentos históricos de Francia como la Revolución y la Comuna.

De todo se encuentra huella en Montmartre. Así que sigue leyendo, y visita Montmartre en tu viaje a París!

Plaza de los pintores de Montmartre

Donde se encuentra Montmartre

Situado en una colina de 130 metros en el distrito 18, en la ribera derecha del Sena, el barrio es literalmente un mundo de sonidos, sentidos y paisajes en sintonía artística. No en vano Montmartre es llamado por los locales “el barrio de los artistas”.

Para llegar lo más cómodo es el metro. Las paradas más cercanas son:

  • Abbesses (Este fue el punto de encuentro cuando hicimos el free tour por este barrio)
  • Anvers (a pocos pasos de aquí puedes subir en el funicular o por las escaleras) Nosotros subimos en el funicular, cuesta lo mismo que el metro y puedes utilizar la navigo, si la tienes.

Cuanto tiempo dedicarle a Montmartre

Como se trata de un barrio entero que abarca muchísimos puntos de interés, lo más recomendable para visitarlo es dedicarle al menos media jornada.

Es decir, llegar al mediodía o temprano en la tarde (como mínimo: el barrio da para más tiempo).

También recomendamos, para comenzar, realizar un free tour. Este tipo de recorridos tienen la ventaja de darnos una vista panorámica del barrio, para luego profundizar en aquello que más nos atraiga del lugar.

Antes de nuestra lista de cosas que ver en Montmartre, una aclaración, por si alguien se salteó esta información importante que conviene repetir: Montmartre es una colina, por lo cual el calzado cómodo es prácticamente obligatorio.

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25 Cosas que ver en Montmartre

Free tour por Montmartre

Como mencionamos, para comenzar lo mejor será realizar un free tour.

Estos tours cuentan con la ventaja de ser abarcativos, acotados en el tiempo (2 horas y media) y no tener un precio fijo, sino a consideración de quien lo toma de acuerdo al grado de su satisfacción para con el mismo.

El tour nos dará un pantallazo de lo más recomendable del barrio y algunos de sus principales atractivos.

La Place Blanche, el Moulin Rouge, la rue Lepic y el Café Deux Moulins, el edificio en el que vivió Van Gogh, le Bateau Lavoir, la Maison Rose, la Basílica…

Además, los free tours permiten una amplia oferta horaria y cuentan con nutridos anecdotarios que hacen el recorrido ameno, didáctico y, desde ya, interesante.

rue Lepic, Montmartre Paris

Visitar el Moulin Rouge

Desde el año 1889, cuando Montmartre era aún una zona rural rodeada de viñedos y ovejas, hasta la actualidad, el Moulin Rouge ha atravesado diversos momentos a lo largo de su historia. 

Situado al pie de la colina del barrio, en el mismo distrito, es uno de sus principales atractivos.

Cabaret, teatro, cine, musical, pictórico, gastronómico, monumento… A esta altura, no quedan artes ajenas al Moulin Rouge.

Si bien recorrerlo es respirar lo que queda del ambiente que inspiró a artistas como Henri de Toulouse-Lautrec o Auguste Renoir, también habrá quienes al visitarlo recuerden más bien la película protagonizada por Nicole Kidman: Moulin Rouge, amor en rojo (2001).

Moulin Rouge de PAris de noche

Desde ya, el Moulin Rouge actual conserva su mística histórica a pesar de haber atravesado incendios y reconstrucciones varias además de distintos usos según contextos del siglo XX (en la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, fue utilizado como club de baile).

En cualquier caso, hoy el Moulin Rouge es una visita tan ineludible como pintoresca.

Sus muros y sus cuadros conservan la atmósfera de sus años dorados y sus propuestas actuales combinan las ofertas gastronómicas con su tradición de cabaret y espíritu musical.

Los horarios para la cena con espectáculo incluido comienzan desde las 19 horas. Suele haber tres opciones de menú gourmet a elegir. Es recomendable sacar los tickets con anticipación.

En cuanto a las tarifas, suelen comenzar en los 120 euros aproximadamente.

Mur des Je t’aime

Imaginado por Frédéric Baron y Claire Kito e inaugurado en el 2000, el Mur des je t’aime (muro de los te amo) se encuentra en la plazoleta de la place des Abbesses, sobre la colina de Montmartre.

Su acceso, como obra de arte en el espacio público, es gratuito.

“Las paredes hablan”. Con ese dicho podría resumirse, literalmente, este punto de Montmartre que combina a partes iguales la singularidad artística y multicultural del barrio con la fama romántica de la ciudad.

No diremos que París es la ciudad del amor porque después de películas como Moulin Rouge, Amélie (2001), Antes del atardecer (2004) y Medianoche en París (2011), entre tantas otras, sería prácticamente una redundancia.

Lo cierto es que la capital parisina respira romanticismo y el Mur de je t’aime divide y une, como el amor, en una metáfora espacial tan simple como atractiva.

Se trata de un muro, es decir, de un límite o separación. Y a la vez se trata de decir “te amo” en 250 idiomas, o sea, de traducir, pasar, transmitir de una lengua a otra, de una persona, una cultura o forma de ser a otra. Un muro distinto en un mundo como el actual.

El muro abarca una superficie de 40 m² y está compuesto por más de 600 azulejos de lava esmaltada. En ellos, podremos leer 311 “te quiero”.

Además, se desparraman aquí y allá unos chispazos de color rojo que forman los fragmentos de un corazón roto.

Es ocioso mencionar cada uno de los 250 idiomas que aparecen en el muro. Verlo es una experiencia. Es una especie de canto al amor y la multiculturalidad hecho muro o mural, que se experimenta al vivirlo y tenerlo en frente.

LEE: 20 Planes románticos París en invierno.

Visitar el último viñedo de Paris: Clos Montmartre

Situados en la colina de Butte-Montmartre, los viñedos Clos Montmartre están compuestos, sobre todo, por las variedades clásicas de las provincias vitícolas francesas.

Se puede acceder a visitas guiadas por las viñas o bien apreciarlas desde el exterior perfectamente.

Montmartre no siempre fue un barrio de París, una parte de su tejido urbano. Antes se trataba de una población independiente, un lugar rural, apartado en la colina lindera a la ciudad. Un paisaje absolutamente disímil al actual, con molinos de viento y viñedos.

Viñedos de Montmartre

Esa otra época es lo que persiste en los viñedos de Montmartre, señalados como los últimos (o, al menos, los más antiguos) de París.

Los mismos nos permiten apreciar esta faceta de la región, urbanizada hacia fines del siglo XIX y comienzos del XX.

En caso de visitar París en octubre, encontraremos una fecha ideal para visitar los viñedos, ya que a principios de dicho mes se celebra la Fête des Vendanges de Montmartre (fiesta de la vendimia de Montmartre), una tradición que data de 1933.

Visitar la Basílica del Sacre Coeur

Situada en la colina de Montmartre, en Clignancourt, exactamente en el número 35 de la Rue du Chevalier de la Barre, la Basílica del Sacre Coeur es un punto de interés tanto religioso como artístico e histórico.

Su origen se remonta al año 1873, cuando su creación fue decidida por la Asamblea Nacional como forma oficial de homenajear a los caídos en la Guerra franco-prusiana (1870-1871).

Paris Sacre Coeur

Su creación no estuvo exenta de polémicas políticas y espirituales, pero en 1875 comenzó su construcción. Obra de Paul Abadie, se completó en 1914 y fue consagrada como basílica en 1919.

La Basílica es imponente tanto por sus dimensiones como por su contexto. Situada en la colina de Montmartre, de 130 metros, se vuelve doblemente monumental. Posee 83 metros de longitud, 35 metros de anchura y una torre de 83 metros de altura.

Uno de sus principales atractivos, además de su cripta y su interior, es sin dudas la cúpula, a la que se puede subir para obtener unas espectaculares vistas de la ciudad desde lo alto del barrio y su encantadora atmósfera.

La visita al interior es gratuita. Y sabes que, quizás te cueste encontrar el Sagrado Corazón, cuando nosotros estuvimos casi todos lo pasaban por alto!

LEE: Lugares únicos de París [SECRETO].

Caminar por la Rue de l’Abrevoir

La Rue de l’Abrevoir es una de esas estrechas callecitas que tienen el encanto particular de bajarnos la intensidad de la marcha e invitarnos a pasear, contemplar y contemplarnos en su atmósfera de otro tiempo.

Angosta, adoquinada, acogedora, enmarcada por postes de luz cinematográficos y con la cúpula del Sacre Coeur emergiendo en el horizonte de tejados parisinos, la Rue de l’Abrevoir es la calle perfecta para tomarnos hermosas fotografías de nuestro camino por Montmartre.

Su nombre, que traducido sería algo así como “la calle del abrevadero”, se remonta siglos atrás y se debe a que era el camino tomado para llevar a los animales al abrevadero de Montmartre.

Montmartre de noche

Ya no hay animales, ni abrevadero, pero la calle conserva esa calma especial.

Además, la calle tiene algunos puntos de interés ineludibles, como la Place Dalida (con la estatua de la cantante) y la Maison Rose (próxima parada), además de encontrarse cerca de los viñedos de Montmartre.

Como tip o recomendación, recomendamos tomar esta calle al ir hacia Montmartre a pie.

Es una forma realmente singular de ir accediendo poco a poco al barrio, con la cúpula de Sacre Coeur de testigo y la calle en ascenso que va introduciéndonos en el barrio.

Visitar la Maison Rose

La Maison Rose (traducido, Casa rosa) se encuentra en el número 2 de la Rue de l’Abrevoir. Desde afuera, se puede apreciar una modesta casa color rosado.

Pero, claro, las apariencias engañan. Se trata de una casa famosa en la historia de la pintura, hoy restaurant.

La casa data de 1905, cuando el pintor catalán Ramon Pichot la compró. Amigo de artistas como Dalí y Picasso, hizo allí su casa y estudio y recibió visitas de lo más distinguidas.

La casa se volvió famosa por la pintura de Utrillo a principios del siglo XX.

La historia de la casa a lo largo del siglo XX fue variando, con algunos misterios durante las épocas de conflictos bélicos, pero siempre continuó siendo un punto artístico en el barrio de los pintores.

Maison Rose de Montmartre

Hoy por hoy, acompaña el devenir del barrio, del margen artístico a lo central turístico.

En caso de ir a comer, se recomienda realizar una reserva con cierta anticipación, ya que si no puede volverse un contratiempo o dificultad el acceso a la misma. Suele abrir a las 12 del mediodía.

Se puede comer o merendar, aunque la oferta para esto último es más acotada.

Moulin de la Galette

Situado en el número 77 de la rue Lepic, econtramos esta postal de la época rural, de viñedos y trigales: el Moulin de la Galette (Molino de la torta).

Se trata de un molino de viento que data de hace más de tres siglos y que, hacia 1870, comenzó a ser utilizado como bar al aire libre.

A partir de allí, continuó su historia siempre como bar, salón de baile o lugar de encuentro o inspiración para artistas en Montmartre.

Sin duda, su gloria llegó a la historia de la pintura con el lienzo de Renoir Bal du moulin de la Galette (Baile en el Moulin…), esa obra maestra impresionista cuyo original se expone en el Musée d’Orsay, cuyas reproducciones están en todo tipo de inmuebles contemporáneos.

Sin embargo, no sólo inspiró a Renoir, sino que también fue retratado por artistas como Henri de Toulouse-Lautrec (Moulin de la Galette) y Vicent van Gogh (Le moulin de la Galette), entre otros.

Como en la pintura, a esta belleza no se puede entrar: su interior no se encuentra abierto al público y sólo puede ser contemplado desde la rue Lepic.

Place de Tertre, la plaza de los pintores de Montmartre

Si Montmartre es “el barrio de los artistas” o “de los pintores”, entonces la Place de Tertre (“plaza del montecillo”) es su lugar iconográfico.

Famosa por los retratistas y pintores que exponen y trabajan al aire libre, es una de las postales más representativas del barrio de Montmartre.

La plaza está cerca de la Basílica del Sacre Coeur y de la iglesia de Saint-Pierre de Montmartre.

Plaza de los pintores de Montmartre

La Place de Tertre es una tentación permanente a los ojos, tentados de mirar y mirar.

Como pintar lleva tiempo y técnica y no es lo más provechoso para quien se encuentra de paseo, recomendamos tomar muchas fotos.

La última vez que estuve en Montmartre, esta famosa plaza estaba llena de terrazas de los restaurantes de los alrededores y ya casi no quedaban pintores. Una pena la verdad.

Tomar algo en el café de Amelie

Café des deux Moulins (Café de los dos molinos). Para continuar con los recorridos por la rue Lépic, los molinos, el arte y la gastronomía, recomendamos este café súper conocido para los amantes del cine en general, de Amélie Poulain en particular.

Su nombre, “de los dos molinos”, se debe a su cercanía con el Moulin Rouge y el Moulin de la Galette.

En este café, en la ficción, la protagonista del film trabaja como camarera y monóloga sobre sus pensamientos. Desde la película, es una atracción turística total.

Desde ya, el lugar tiene su encanto particular más allá de ser un reflejo de lo capturado en un film. Como brasserie, es ideal para merendar o tomar un tentempié y descansar entre las caminatas por el barrio.

Sus precios son asequibles y, en general, suele haber lugar.

Visita el Bateau-Lavoir

Situado en el número 13 de la place Émile Goudeau, el Bateau-Lavoir es un edificio histórico, famoso por haber sido la residencia de numerosos artistas en el barrio de Montmartre. 

Entre tantísimos otros que habitaron allí, destacan Picasso, Gris, Modigliani, Matisse, Cocteau y Jarry.

De la residencia de aquellos pintores históricos del siglo XX sólo queda la fachada, debido sobre todo a incendios que tuvieron lugar en la década del ‘70 del siglo XX.

Actualmente funciona como residencia para artistas extranjeros y a pocos pasos tienes el museo de Montmartre.

fachada del bateau lavoir de Montmartre

Su nombre, que podría ser traducido a “barco-lavadero”, se debe, según se dice, a una ocurrencia de Picasso y sus colegas, que veían en la fachada una similitud a los barcos amarrados en las orillas del Sena, utilizados como lavaderos.

Recorre la Rue du Chevalier de la Barre

Peatonal, variada, adoquinada, escurridiza: la rue du Chevalier de la Barre es una belleza que cambia de forma y recorridos según avanza o retrocede su camino.

Para entenderla, hay que verla en un mapa. Comienza en el número 9 de la rue Ramey y termina en el 8 de la rue du Mont-Cenis.

En su primera parte, sube hasta la rue Lamarck y es peatonal. Luego, desde la rue Lamarck hasta el cruce con la rue de la Bonne, las escaleras dan acceso a su punto más alto.

Finalmente, se convierte en una calle autorizada para vehículos hasta la rue du Mont-Cenis.

Su nombre se debe a Jean-François Lefèvre, el llamado “caballero de la Barra”, un joven caballero del siglo XVIII cuya vida fue interrumpida a sus 19 años, en 1766, entre acusaciones de sacrilegio y blasfemia.

Quiso el destino que, tras su breve y sufrida existencia, su figura haya sido reivindicada y recuperada para nombrar una calle. En su forma cambiante, pareciera escribir en clave, en el tejido urbano, los cambios de forma de Francia desde el siglo XVIII hasta ahora.

Sube en el Funicular de Montmartre

El Funicular no sólo es una buena opción para los días demasiado calurosos o demasiados fríos, según quien viaje.

También es una estupenda opción para contemplar el recorrido desde otro ángulo y, sobre todo, para ahorrar tiempo en caso de ser necesario.

Si bien recomendábamos subir por algunas calles a pie para ir adentrándonos poco a poco en el barrio de Montmartre, también puede resultar placentero evitarse los 200 escalones y subir en un minuto y medio hasta la Basílica del Sagrado Corazón.

El funicular de Montmartre es parte de los transportes urbanos de París. Es decir, vale lo mismo que el Metro y es necesario un Ticket T+ para acceder al mismo.

Fer pasando el ticket para el funicular de Montmartre

Su horario abarca desde las 6 de la mañana hasta las 00:45 de la madrugada. Se puede tomar en Place Saint-Pierre.

Visita la Plaza de Dalida

La Place Dalida, ya mencionada en este post, está entre la rue de l’Abreuvoir, la rue Girardon y la Allée des Brouillards. 

Lleva el nombre de la cantante, actriz, bailarina, conductora y modelo ítalo-francesa que habitó cerca de la misma, en el número 11 bis de la rue d’Orchampt.

Busto de Dalida en Montmartre

En la misma puede apreciarse el busto de la cantante realizado por Alain Aslan en 1996, casi 10 años después del fallecimiento de la cantante, de su transformación en ícono francés y del devenir lugar de peregrinaje de la plaza, renombrada en su honor ese año.

Recorre el Boulevard de Clichy

El Boulevard de Clichy posee casi 1 kilómetro de extensión, 42 metros de ancho y atraviesa los distritos 18 y 9 de París desde la Place de Clichy hasta la Rue des Martyrs.

Conocido también como Boulevard des Martyrs o Boulevard Pigalle, el Boulevard Clichy es famoso por sus cafés y cabarets tanto actuales como, sobre todo, de la Belle Époque parisina de finales del siglo XIX y comienzos del XX.

Entre los puntos de interés que se destacan en el Boulevard, vale mencionar el Moulin Rouge, el café Le Chat Noir, Aux noctambules, entre otros.

Entre ellos, la oferta de cafés con terrazas, salas de conciertos, tabacs, tiendas de comida y sex shops se mezclan en un trazo nocturno.

Cerca de las estaciones de Metro Place de Clichy, Blanche y Pigalle, el Boulevard es un buen punto para realizar alguna conexión en este transporte con las líneas 2, 12 y 13 que lo sirven.

Comer algo en Le Consulat

Ubicado en el número 18 de la rue Norvins en Montmartre, Le Consulat combina la oferta gastronómica actual con el edificio histórico (de los más antiguos de París) y la historia de la pintura y el arte del barrio.

Artístico y bohemio, acogedor y hasta nostálgico, Le Consulat es un gran lugar para comer algo mientras descansamos y dejarnos llevar por el ambiente. Allí se reunían pintores como van Gogh, Picasso, Gauguin y Monet, entre tantos otros. Nada menos.

calle de Montmartre

Si tenemos suerte, nuestro menú puede ser amenizado por algún cantante o guitarrista y canciones francesas. Si no, simplemente, será una belleza sentarnos a contemplarlo y observar los movimientos del barrio.

Hazle una foto a “The Sinking House”

“The Sinking House” podría traducirse como “la casa que se hunde” o “la casa inclinada”, pero a mantener la calma se ha dicho: se trata de una ilusión óptica, una cuestión de perspectiva. Ninguna casualidad, tratándose del barrio de los pintores.

Para amantes de las fotografías llamativas, de las rarezas y de las tomas bizarras, este es un punto obligado.

Cerca de la Basílica del Sagrado Corazón, la “casa inclinada” aprovecha la pendiente del suelo y sus efectos ópticos para ser reproducida en todo tipo de redes sociales como un prodigio digno del genio de Edgar Poe y la casa Usher.

Disfruta de las vistas del atardecer en Terrass Hotel

El atardecer siempre es un momento mágico si tenemos tiempo para contemplarlo. Si, además de tiempo, tenemos una terraza bien equipada para el relax, será doblemente encantador. Si, finalmente, esto es en París, entonces no hay más que pedir.

Eso es posible en el Terrass Hotel.

Situado en la butte Montmartre, el séptimo piso del Terrass Hotel es el que da el nombre al lugar entero, no por casualidad: la vista es sencillamente mágica y el lugar está perfectamente ambientado para disfrutar.

Con un bar y un restaurante que cuentan con mesas, sombrillas y columpios acolchados, la terraza de este hotel es un lugar ineludible si amamos las fotos panorámicas, los atardeceres urbanos y los cambios de luces de ese momento en que el día cambia de piel.

Como todo lugar al aire libre, será tanto más aprovechable cuanto más cálida sea la estación. Sin embargo, la vista será siempre digna de un cuadro desde lo alto del barrio del arte.

Saluda al hombre que sale de la pared

En la Place Marcel Aymé, precisamente en uno de sus muros, se encuentra esta escultura de Jean Marais que denota movimiento y despierta tanto sorpresa como admiración: Le Passe-Muraille (el que atraviesa murallas).

La escultura fue inaugurada en 1989, pero se inspira en Léon Dutilleul, un personaje literario publicado en 1943 por Marcel Aymé que descubre un día que tiene el poder de atravesar murallas. De allí derivan sus aventuras, sus ocurrencias (robar, huir) y su final.

Al igual que muchas esculturas que atraen viajeros y turistas, como la de Dalila por ejemplo, se rumorea que quien toca al Passe-Muraille vuelve a París algún día. De allí el brillo que resalta, justamente, del contacto con quienes la visitan.

Recorre el Museo de Montmartre

Situado en el número 12 de la rue Cortot, el Museo de Montmartre abre todos los días de 10 a 19.

Fue creado en 1960 en uno de los edificios más antiguos del barrio donde antes había talleres y lugares de encuentro de numerosos artistas de fines del siglo XIX y comienzos del XX.

Actualmente alberga pinturas y dibujos de Utrillo, Toulouse-Lautrec, Steinlen, Modigliani, entre otros. Recorrerlo es apreciar la centralidad artística que tenía el barrio en la Belle Époque, y visualizar cómo el arte y la vida se mezclaban en las noches de esa época.

Obras icónicas como “El cabaret du Chat Noir” de Steinlen, “Le Divan Japonais” o “Le Moulin Rouge” de Toulouse Lautrec se encuentran exhibidas allí. También pueden visitarse los Jardins Renoir que rodean al museo y permiten ver los viñedos de Montmartre.

Conoce el Cementerio de Montmartre

En el número 20 de la avenue Rachel se encuentra el Cementerio de Montmartre, abierto todos los días de 8 a 18, salvo los fines de semana, que abre 8:30 los sábados y 9 hs los domingos. En un barrio de artistas no podía faltar un cementerio de artistas. Aquí, la prueba.

Al entrar en el cementerio, es posible y recomendable obtener un mapa para poder localizar aquellas tumbas de personalidades interesantes. Entre las muchas lápidas que podemos encontrar, destacan: Degas, Stendhal, Truffaut, Dalida… De todas las artes hay alguien.

Recorre la rue Lepic y la rue Norvins

Conocer una ciudad o un barrio implica necesariamente recorrer sus calles y no sólo sus puntos de interés.

Cada calle tiene su particularidad, su fisonomía, y aporta a la identidad del conjunto. En el caso de Montmartre, las calles Lepic y Norvins merecen sin duda una caminata.

La rue Lepic era un antiguo camino de Montmartre, devenido calle, en la que encontraremos atractivos como el café de Amélie (en el número 13), el Moulin de la Galette (número 77) o la casa de Celine (92), entre otros.

Rue de Lepic Montmartre

La rue Lepic permite, de hecho, recorrerla mientras se conoce el barrio y varios puntos más de interés.

Comienza en la Place Blanche y termina en la Place du Tertre. Es decir, que va del Moulin Rouge a la plaza de pintores y la Basílica del Sacre Coeur.

La rue Norvins va desde la Plaza de Abbesses hasta la Plaza de San Pedro. Tiene esa particularidad de representar muy bien al barrio al que pertenece. Cafés, terrazas, galerías, tiendas de todo tipo la vuelven animada y bohemia.

Visita Montmartre en el Tren Turístico

Les petits trains de Montmartre o Promotrain son unos trenes turísticos o “trenecitos” que ofrecen un circuito comentado por el barrio, con música incluida.

Suelen durar unos 40 minutos y costar unos 6,5€. Su horario: de 10 a 18 horas.

Además de las vistas del barrio y la ciudad, permite tener una panorámica del barrio en forma relajada y amena.

El circuito va de Place Blanche hasta Place du Tertre, pasando por el Moulin Rouge, la Basílica del Sacré-Coeur, el Museo Montmartre, entre otros numerosos puntos de interés del barrio.

Conoce la Historia del Lapin Agile

En el número 22 de la rue des Saules se encuentra Au Lapin Agile, un famoso cabaret, de los más antiguos de París. Abierto los martes, jueves, viernes y sábados de 21 a 1 de la madrugada.

Inmortalizado por Picasso en su lienzo homónimo, su historia es curiosa y digna de ser oída en el free tour de Montmartre recomendado anteriormente.

Visita el Museo de la vida Romántica

En el 16 de la rue Chaptal se encuentra el Musée de la vie romantique. Se trata de un edificio de 1830 devenido museo en 1982. Es de entrada libre para sus exposiciones permanentes (las temporales sí cobran entrada).

Su historia se encuentra ligada a la del pintor holandés Scheffer y, posteriormente, la escritora Dupin de Dudevant, más conocida por su seudónimo: George Sand.

Ella vivió allí, vecina de Chopin y regular anfitriona de Delacroix, Lamartine, Dickens, entre otros.

Visita la Iglesia de Saint Pierre de Montmartre

En el número 2 de la rue Mont-Cenis se encuentra la Iglesia de Saint Pierre de Montmartre, una de las más antiguas de París y un secreto muy bien guardado.

Data del siglo XII, cuando el rey Luis VI, llamado “el gordo”, y su esposa Adelaida de Saboya, la mandaron a construir.

Opacada o disimulada, quizás, por el esplendor de la Basílica del Sacre Coeur, la Iglesia de Saint Pierre presenta un exterior lacónico, neoclásico, que la vuelve relativamente discreta más allá de las puertas y sus simbologías y narrativas religiosas.

Sin embargo, el interior contiene desde restos de templos de dioses paganos de la época romana hasta tumbas de reinas e historias religiosas como la de Ignacio de Loyola, quien habría pronunciado sus votos allí junto a la Compañía de Jesús en el siglo XVI.

Mejor momento para visitar Montmartre

El barrio es un todo terreno estacional, cualquier época tiene su encanto y su aura porque el espacio mismo la irradia. 

En caso de temperaturas muy altas o muy bajas, recomendaremos hacer hincapié en las pausas y los posibles transportes para recuperar energías.

En cuanto al paisaje, ya sea la claridad y el sol sobre los viñedos o el gris del invierno y el frío en los adoquines, tanto da: la magia de Montmartre, su épica artística, se potencia en cada momento del año.

Por qué es famoso Montmartre

Montmartre es famoso por la Basílica del Sacre Coeur y por la Place du Tertre, donde los pintores y retratistas trabajan al aire libre y alimentan el aura histórica de este barrio artístico.

El arte, la religión y la historia conviven con el pasado rural, los molinos de viento, los viñedos, los cabarets y los cafés.

Como llegar a Montmartre

Para llegar a pie a Montmartre, lo mejor será llegar al Boulevard de Clichy, al pie de la colina, y remontar la misma por la rue Lepic o la rue de l’Abrevoir, por ejemplo, para ir recorriendo puntos de interés.

En caso de optar por el metro, las siguientes estaciones y líneas nos servirán: Anvers (línea 2), Abbesses (línea 12), Pigalle (líneas 2 y 12) y Blanche (línea 2).

Por último, el funicular. Mismo valor que el metro, con un Ticket T+ podremos acceder al mismo.

Su horario abarca desde las 6 de la mañana hasta las 00:45 de la madrugada. Se puede tomar en Place Saint-Pierre.

metro de paris

Alojarte en Montmartre

Alojarse en Montmartre puede resultar atractivo. El barrio, siempre animado, invita a quedarse y volver.

En cuanto a la oferta de hospedaje, podemos encontrar numerosos hoteles o estudios con precios muy variables. No olvidar que es París, y depende mucho de la fecha en la que viajes el precio que vas a encontrar. Como todo, es cuestión de buscar.

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