Visita el Parque Nacional de Camargue, Francia
La Camarga, Camargo o Camargue es una región del sur de Francia reconocida por su entorno natural, de una extensión aproximada de 85 mil hectáreas.
Situada a unos 20 kilómetros al sur de la ciudad de Arlés, se trata de un territorio abierto formado por marismas, salinas, arrozales y todo tipo de flora y fauna brava como toros, caballos blancos y flamencos rosados. Una auténtica reserva natural de valor internacional.
En la Camargue, lo salvaje, lo natural y lo cultural se combinan armoniosamente y crean un paisaje absolutamente singular.
Los brazos del río Ródano dan lugar a territorios pantanosos saturados de agua salada donde se cultiva arroz, viticultura y también se practica la ganadería.
Su territorio cuenta con la población de flamencos más numerosa de Europa. Además, por si fuera poco, algunas especies (como los caballos blancos o los toros) llevan el nombre del lugar como denominación de origen.
Paraíso de la Provenza y reservorio de más de 300 especies de aves que utilizan la zona como lugar de cría y descanso entre migraciones, el Parque Nacional de Camargue guarda en su interior y alrededores una serie de tesoros que te encantará explorar.
Qué ver en Camargue Parque Nacional
1. Aigues Mortes
El primer punto de interés que no puedo dejar de mencionar ni mucho menos visitar es Aigues Mortes.
Se trata de una ciudad medieval fundada en el siglo XIII por Saint-Louis que se mantiene edificada prácticamente tal cual era desde sus orígenes.
Pensada como punto para desarrollar el comercio portuario hacia Italia, España y Oriente, Aigues Mortes constituye una fortaleza de más de 1600 metros, veinte torres de vigilancia, puertas y escaleras de piedra que nos transportan a épocas de batallas y asedios.
El nombre en occitano es Aigas Mòrtas y, traducido, significa “Aguas muertas”, pero su significado no debe engañarnos.
Si bien ese nombre podía describir a la zona de marismas y llanuras litorales en el siglo XIII, cuando lo pantanoso se combinaba con una población realmente escasa, hoy por hoy sólo queda como denominación.
Actualmente Aigues Mortes conserva todo su esplendor de fortaleza medieval y combina su valor histórico, sus aires de museo a cielo abierto con los restos aún brillantes de una ciudad que invita a ser recorrida en su vitalidad contemporánea de restaurantes, tiendas y plazas.
2 Flamencos rosados
El Parque Nacional de Camargue es mundialmente conocido por sus flamencos rosados. Visitar la región y no ver flamencos sería el equivalente a ir a Paris por primera vez y no ver la Torre Eiffel
Por eso, aquí algunos consejos para verlos y apreciarlos en toda su belleza y esplendor.
En primer lugar, vale remarcar que por las características especiales de sus territorios, los flamencos rosados eligen la Camargue desde hace siglos como zona de cría, es decir, como lugar de reproducción.
Lo precedente quiere decir que podemos cruzarnos flamencos en cualquier parte de Camargue, vale. Sin embargo, hay zonas específicas dentro del Parque Nacional en las que estas aves resultan más asiduas y fáciles de avistar.
Una de esas zonas merece una mención aparte: el Parque Ornitológico (ver más adelante).
Otra, merece su mención aquí junto con la recomendación de llevar unos binoculares para poder observar con mayor eficacia a los flamencos: la isla artificial en el Étang du Fangassier.
Dicha isla, creada hacia 1970, funciona a la vez como un conservador del litoral y sus particularidades sóleas y como una sede ya consolidada de encuentro de flamengos rosas que acuden allí a reproducirse.
Como llegar a la zona de los flamencos
En cuanto a formas de llegar hasta allí, desde Salin des Giraud se puede tomar la D36c fuera de la ciudad y llegar al Chemin de Fangassier y la Route de Fangassier, donde seguramente podremos empezar a avistar flamencos rosados.
No está de más mencionar que el camino es acorde al paisaje y que, en determinado momento, es puramente de tierra, natural, por lo cual conviene tener en cuenta esta particularidad y el clima para poder adaptarnos al lugar (nosotros y nuestro vehículo).
Luego, del lado de Saintes-Maries-de-la-Mer también es posible puede conducir observando las lagunas de la zona.
Una opción siempre complementaria a todo lo que sepamos es consultar en la Oficina de Turismo. Allí nos dirán seguramente las mejores rutas y lugares para ver los flamencos.
Finalmente, se pueden rentar bicicletas en Salin des Giraud o en casas de huéspedes. La bicicleta ofrece la innegable ventaja de fundirnos en el paisaje y sumergirnos en sus sonidos, olores y climas de forma mucho más directa que un automóvil.
¿En qué época del año vienen los flamencos a la Camargue?
Por lo general, entre abril y septiembre más de 15000 parejas de flamencos llegan a la Camargue. Entre abril y junio comienza la cría y, llegando a septiembre, abundan.
De manera que, si la intención es ver flamencos (y, sobre todo, verlos en cantidad: en comunidad), recomendamos viajar entre esos meses donde la temperatura y las rutas y ciclos propios de esas aves las vuelven habitantes masivos de la región.
3. Caballos blancos
Los caballos blancos de Camarga son parte de su paisaje, ya que lo habitan, según se dice, desde hace miles de años. Cabalgan por su territorio de marismas y humedales cada día, generalmente en grupos. Verlos es como volverse un documentalista de la vida silvestre.
Esta raza de caballos combina el color mayormente blanco con algunos grises y transita el terreno pantanoso de la zona con facilidad dada su fortaleza y resistencia.
Se trata de animales técnicamente salvajes, aunque en general resultan dóciles y amistosos, incluso curiosos.
Además de verlos, es posible montarlos y cabalgar, recorrer la zona a bordo de los mismos. Podremos encontrar varias empresas que ofrecen cabalgatas en esta raza de equinos. Si el paseo es al atardecer, momento ideal, postal genial.
Los caballos blancos de Camargue, por su historia milenaria con el paisaje del que inevitablemente forman parte, son llamados también Caballos del Mar. Sin dudas, por su forma de andar en el paisaje tan peculiar que habita.
Por último, cabe mencionar que los Caballos blancos de Camargue son reconocidos oficialmente como razas desde el año 1978 y cuidados y educados, en algunos casos, por los llamados Gardians (“guardianes”, por su origen: las llanuras de Le Gard).
Junto a sus Gardians, los Caballos de Camargue son utilizados para arrear ganado, por ejemplo, o para dar paseos por el territorio.
4. Aves en el Parque Ornitológico
Mencionamos a los flamencos rosados de Camargue anteriormente. Es cierto que son de los principales atractivos de Camargue, pero de ninguna manera son el único. De hecho, en Camargue se dan cita más de 300 especies de aves para criar entre migraciones. ¡Un mundo!
Esa vastedad de especies, formas y colores bien puede apreciarse en el increíble Parque Ornitológico de Pont de Gau. Situado a unos 4 kilómetros de la ciudad, este parque ofrece unas 60 hectáreas donde apreciar flora y fauna del territorio de una forma ideal.
El Parque está situado sobre la Route d’Arle, cerca de Sainte Marie de la Mer. Permanece abierto todo el año. En general, se puede ingresar entre las 10 y las 17 horas y se pueda salir en forma independiente hasta el momento de la puesta del sol.
El parque, si bien dedicado a las aves como leitmotiv, es un auténtico mosaico de los atractivos de Camargue: lagunas, senderos para recorrer, pantanos, prados y, desde ya, aves de todo tipo y color. Flamencos (siempre) pero también cigüeñas, gorriones, garzas y demás.
Si bien uno podría pasar muchísimo tiempo recorriéndolo, se estima una hora y media como tiempo necesario para apreciarlo en general.
Los billetes de entrada cuestan unos 7,5 euros y las visitas guiadas, 11. Los niños menores de 13 años pagan 5 euros.
Como información complementaria, vale aclarar que se autorizan picnics pero no animales domésticos. También que sus casi 3 kilómetros de senderos en la parte sur del Parque son accesibles para personas con movilidad reducida.
5. Cristales de sal en las marismas saladas
Las salinas y las marismas saladas de Camargue conforman un paisaje en movimiento líquido de límites cambiantes que contiene verdaderos hitos para contemplar en su interior. La mezcla de aguas (dulces del Ródano, saladas del Mediterráneo) guarda sus tesoros.
En primer lugar, las marismas saladas de Camargue contienen distintas tonalidades, entre las que destaca el rosado que se tiñe por la especificidad de algunas algas microscópicas que habitan sus aguas y combinan a la perfección con el color de los flamencos de la región.
En segundo lugar, las salinas contienen considerables montañas de sal (llamadas, en francés, camelles), que dan al entorno su tono entre natural y onírico característico.
En las mismas, así como en las orillas de las salinas, podemos apreciar los cristales de sal como pequeñas obras de arte natural y efímero.
También vale la pena mencionar que de estos cristales se extrae la llamada Flor de Sal, un producto muy apreciado en gastronomía, considerado el caviar de la sal, que resulta tan crujiente como beneficioso para la salud (siempre, en su justa medida).
Como si fuese obra de un pintor, al color rosado y blanco mencionado anteriormente, se suma en algunas partes el violeta y el azul, derivado de la lavanda de mar que también crece en Camargue.
Como se suele decir, el paisaje es una auténtica pintura, a la vez mundana y divina.
6. Juegos taurinos de Camarga
Así como hay caballos de Camargue y también flamencos rosados, encontraremos asimismo a los toros bravos de Camargue.
Se trata de una raza bovina cuyos ejemplares machos se destinan a particulares juegos taurinos, aglutinados en general bajo el nombre corrida camarguesa.
La particularidad de estos juegos taurinos propios de esta región es que, a diferencia de la tauromaquia tradicional, no se da muerte al animal. Existen torneos y competencias de corrida camarguesa, incluso en distintos municipios fuera de Camargue.
Estas corridas consisten básicamente en intentar atrapar aquellos atributos u objetos (escarapelas, borlas, cuerdas) colocados en los cuernos o la frente del toro de Camargue.
Se trata, por eso mismo, de una corrida con sus elementos típicos, pero sin el final agresivo para con el animal. Además, sus actores suelen ampliarse al recortador (que recoge los atributos) y los volteadores (o ayudantes de aquel). Ambos suelen ir de traje blanco.
7. Las tres Marías en Saintes-Maries-de-la-Mer
En la zona de la Camargue, en el marco de la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, en el distrito de Arlés, Saintes-Maries-de-la-Mer es uno de los lugares históricos por excelencia a visitar, especialmente si de historia religiosa y antigua se trata.
Los orígenes de la ciudad se remontan siglos atrás y sus menciones tienen que ver fundamentalmente con que se trata del lugar donde desembarcaron María de Cleofá (o Iacobi), María Salomé (o Altera María) y María Magdalena después de su huída de Palestina.
De allí que se refiera al lugar como “Las tres Marías” que, en su exilio forzoso, escaparon de la persecución a la que los cristianos eran sometidos en su tierra.
Antes de llevar su nombre actual, el lugar donde ahora encontramos la ciudad fue conocido como Notre-Dame-de-la-Barque (Nuestra dama de la barca, en referencia a la balsa en la que habrían llegado las tres Marías) y Notre-Dame-de-la-Mer (del mar).
La importancia de este hecho fundacional radica en que, junto con el desembarco de las tres Marías, se dio el de varios cristianos que desembarcaron con ellas y difundieron el cristianismo en Francia.
Actualmente, Saintes-Maries-de-la-Mer guarda su historia y tradiciones en monumentos, iglesias y las combina a la perfección con los paisajes naturales que rodean sus alrededores, comenzando por la playa mediterránea que se vuelve un destino hermoso en verano.
La ciudad permite aprovechar para recorrer la historia del cristianismo en su Iglesia, desde ya, pero también invita a recorrer varios de los puntos mencionados anteriormente, como las corridas camarguesas, el Parque ornitológico o los entornos naturales.
También cuenta con una muy variada oferta gastronómica, sobre todo recomendable en sus especialidades provenzales para estar a tono con la región.
Donde alojarte en la Camarga
Los alojamientos en la Camarga y sus precios varían según la región y las prestaciones, pero en general podemos decir que van desde los 50 euros hasta… Bueno, el límite lo pone quien elige, ya que realmente depende de muchos factores.
• Apartamento
Una buena opción siempre es un apartamento, cuyos precios en sus versiones más pequeñas (studios) comienzan en los 45 euros.
La ventaja innegable de un apartamento reside en que nos podremos mover con independencia de horarios y tendremos autonomía para comer, desayunar y dormir básicamente cuando y como querramos.
• Hoteles
Para quienes prefieran los hoteles, estos comienzan en los 50 euros. En general, incluyen desayunos y pueden llegar a ofrecer cocheras según el establecimiento.
Además, contaremos con el asesoramiento necesario y con la tranquilidad de residir en un establecimiento dedicado a la atención turística, por lo cual puede ser un punto a favor en caso de que surjan preguntas durante nuestra estadía.
¿Puedo visitar Camarga en coche?
¡Claro que sí! De hecho, es una opción más que recomendable dado la cercanía que une los distintos puntos de interés de la región y el placer particular que entraña recorrer sus paisajes en coche.
Además de los puntos mencionados en este post, ir en tu propio vehículo a Camargue puede ser la excusa perfecta para visitar otras localidades cercanas francamente increíbles, como Arlés o Saint Rémy en Provence, ideales para los amantes de Van Gogh y del sur de Francia.
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Siempre es recomendable llevar un seguro de viaje. Sobre todo, si nuestros planes pasan por estar en contacto con la naturaleza y con entornos silvestres, que además de bellos e increíbles, pueden también dar lugar a lo inesperado.
Siempre estaremos más tranquilos sabiendo que estamos cubiertos. Seguros de viaje que brinden atención las 24 horas nos permitirán relajarnos verdaderamente y disfrutar del entorno sin preocuparnos por eventualidades que, de surgir, serán solucionables.
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¿Vale la pena visitar la Camarga?
Decididamente, vale la pena visitar la Camargue. Tanto por su belleza natural, sus paisajes únicos y sus animales originarios y originales, como por su rica historia, sus tradiciones y su variedad cultural.
Además de todo lo que ofrece la región en sí misma, es un lugar-plataforma para visitar otras localidades, ciudades y zonas cercanas por su ubicación estratégica en el sur de Francia.
De manera que, si tenías dudas, esperamos haberlas despejado junto con el camino hacia tu próximo destino. ¡Buen viaje!
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